miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Es España un espejo?



La Administración Pública del Canadá, como coyuntura de su historia nacional que ha vivido, se ha visto claramente influida por los principios y esencias de sus ex metrópolis (Francia y Reino Unido) además por la de su vecino del Sur, los Estados Unidos de América. Este joven país, fundado en 1867, tras un proceso escalónalo y casi sin incidentes, nace del entendimiento y el concordato de los ingleses, la Corona Británica y los propios residentes del territorio en la colonia.

Pero sus aspiraciones de creación y crecimiento, dentro de su propia autonomía, sobre la Administración Pública y la Administración Política de este Estado Soberano, persiguiendo a las ya creadas administraciones de otros Estados, le va a permitir vertebrarse con un fijamiento que formule una Constitución escrita reformada, que active un sistema administrativo dinámico, completo y de calidad, en toda regla, como ejemplo mundial, desde los últimos siglos.




Con Canadá aparece un sistema gubernamental caracterizado por su flexibilidad, gracias al papel de la Monarquía Constitucional, como sistema de gobierno que lo rige, que es factor trascendental que explica el desarrollo de su Administración Pública, le permite aligerar los posibles dogmatismos rígidos tanto ideológicos, como políticos que se pueden dar. Esto implica que no puede ser un sistema de carácter agresivo, pues la Monarquía va tener un papel amortiguador frente a los conflictos que se den.  Se ha formado un Estado que probé de servicios a sus ciudadanos, y que a diferencia con los EEUU, manifiesta una inversión pública de enormes dimensiones, que le acompañan de obras sociales y políticas públicas. Estas características de un Estado que persigue proveer con la mayor eficacia y eficiencia de los servicios, que presta, a sus ciudadanos, se pueden observa en sus universidades, sistemas sanitarios, sistemas educativos, etc. Es decir, se forja una cohesión entre unas prestaciones que son ideales, a la vez que se dispone de más medios y satisfacciones para sus ciudadanos y los empleados públicos canadienses, cuya remuneración es completamente transparente y con la posibilidad de ser complementada, con lo que, estos, se encuentran más motivados y el sistema así lo permite.

El resultado, consigue rebasar a otras administraciones públicas, consideradas pioneras, como la inglesa, la francesa u otras, y como reza la frase hecha, en muchos aspectos, “el alumno supera al maestro.”  Pero, nunca “olvida” de las influencias de las que proviene. De modo que, las influencias inglesas, dan cierta consistencia flexible que genera la llamada cultura de eficiencia, que se expande, como rasgo productivo, característica que proviene de este método británico. Aquí, el burócrata se encarga de llevar a cabo los servicios que más acordes le resulten al administrado, mediante el empoderamiento, basado en tareas positivas, que  fomenten la innovación  con una comunicación efectiva y proactiva, que lleve a esa eficacia. Evitando que el ciudadano sea mal o incompletamente atendido, así no formulará quejas, que son las acciones negativas que perjudican al funcionario público, y por consiguiente al conjunto de la administración, que repercutirá en quejas que se elevarán hacia los políticos, como castigo electoral.

Otra influencia, de la que se ha hablado con anterioridad, es la que proviene de la Europa continental, la francesa, que genera la idea de la subsanación, esto es, se va a producir que el sistema político asuma las consecuencias de los actos que “firma,” y es en los casos que se cometen errores, donde esa responsabilidad se traducirá en aperturas de procedimientos administrativos y penales, cuando así sean requeridos, contra los responsables directos de esos  errores.  Son medidas draconianas y severas, al exigir, esas responsabilidades del actuar malamente, en consecuencia se exigirán de forma taxativa, con la función de arreglar además el problema generado. Cierto es, además, que la élite burocrática canadiense, está formada en Francia, la cual se va reactualizando y perfeccionando activamente. En la Escuela Nacional de Administración francesa (ENA) dónde la cohesión y la unidad del sistema funcionarial francés se puede calificar como de gran calidad  frente y por encima de los demás sistemas dónde se forman estas élites canadienses, entre otras.

Pero la importancia de las Administraciones Públicas, en Canadá, radica en su calidad, que es reconocida a nivel internacional, y es fiel reflejo de lo que persiguen los gobiernos del Estado Federal, que se encarga de contribuir con el sistema democrático del país, brindando así servicios y programas de gran eficaces y útiles a los ciudadanos desde lo más alto del Estado, a los municipios (ciudades, villas, parroquias o cantones), pasando por las provincias como administraciones diferenciadas territorialmente, pero con competencias, bien repartidas, que buscan el mismo fin, la satisfacción ciudadana. No se habla aquí de la politización del sistema Administrativo Público, sino que se persigue esa calidad, esa felicidad ciudadana que proporciona la efectividad real que se ofrece, desde el aparato estatal, para así el político, conseguir su voto, siendo una lucha democrática muy loable con la que se premia o castiga al político.



Lo que se muestra, en el estudio, sobre la Administración Canadiense, es un sistema respetado, avanzado, y que en definitiva funciona bien. Aun así, con sus fallos, se pude aprender de él, sobre sus lecciones de subsanar los problemas que presenta y poder rectificar, siempre con calidez, y sensatez hacia la complacencia de la ciudadanía.

Observando la llamada iniciativa Servicio Público 2000 (SP2000), que se inició en el año 1989, en el Canadá, con la búsqueda de una mejora y renovación del sistema Administrativo canadiense, que se declara activa y viva y que perseguía, entre otros asuntos, “la reducción de los trámites administrativos, el fortalecimiento de los administradores del personal y a los empleados, tratando de mejorar los servicios prestados al público” (…), este SP2000, exige además, “que el reclutamiento y la promoción de los servidores públicos sea libre de clientelismo político, burocrático o personal” (…).[1] Lo que necesitamos extraer del texto es que, lo que persigue este SP2000 es evitar todos esos tramites incensarios, que a veces se daban en dicha administración, lo que mejorará y facilitará el uso de este herramienta, satisfaciendo además al empleado público. Incluye esa repulsa de la concepción de favores entre políticos, personal que trabaja para la administración o hacia ciudadanos, en cualquiera de sus vertientes. Esto es, grandes necesidades de corrección, estudio, y miramientos que se podrían extraer de este sistema, para implantarlo en el sistema de la Administración Pública española. La elaboración de un programa adecuado adaptado a las necesidades vigentes en busca de la mejora del funcionamiento del sistema, en la situación española actual, con la posibilidad de aprender de lo positivo de SP2000, por ejemplo,  y corrigiendo sus defectos, podrá traer nuevas mejorías al sistema.

Cierto es que no todos los objetivos del SP2000, se fueron consiguiendo al ritmo esperado, que era un propósito alto, pero si el “listón está más bajo” se alcanzará menos todavía. Son miramientos que en España no se platean, que no se persiguen, a grandes rasgos, las correcciones ni mejoras en la administración todavía no se han puesto en marcha. Sabemos que desde otros países se estudia y se aprende de la Administración Pública española, pues cierto es que es bastante aceptable. Es por ello que el Instituto Nacional de Administraciones Públicas (INAP), esta “hermana” de la francesa ENA, forma burócratas tanto para el Estado español, como para el resto del mundo. Pero con los presentes problemas, en las que se reclama que se produzcan modificaciones, en nuestra Administración, y que radique directamente en el bien estar del ciudadano, no se observa una ansiada reforma, ya sea por la dejadez de la ciudadanía que tiene otro sentido, al canadiense, en el momento de emitir sus sufragios, o del sistema político, encargado de fomentar dichas mejoras, y que no se ve agobiado por los ciudadanos para llevarla a cabo. Esto se excusa en el “carácter mediterráneo” del conjunto poblacional español (ciudadanos, políticos, burócratas).



   Otros aspectos del Canadá, es que el en año 1960, se plantea la necesidad de unificación de municipios, para encontrar mejoras de aplicación de las administraciones y que así, repercutan en sus ciudadanos. Pues es tan necesaria, como estudiada para aplicar en nuestro país, pero que aún no se ha puesto en marcha, ni se espera a corto plazo, salvo casos puntuales. Estos estudios, sobre los Estados que aplican diferentes sistemas de Administración Pública, sobre todo el canadiense, por su reconocido prestigio y funcionalidad, deben proporcionar ese caldo de cultivo que busca la calidad de vida, que no sólo vemos en Canadá, Reino Unido, Francia o Estados Unidos, sino que también debemos buscar en las Administraciones Públicas de Alemania o Suecia, entre otras, rebuscando y estriando lo bueno que, además ya está implantado y probado, y poder canalizar sus consecuencias. Todo esto pide, que nos fijemos en todas administraciones, pero siempre que sean las mejores, las élites, y poder aplicarlas con decisión y con la persecución de que el ciudadano reciba ese bien estar y confianza en armonía con la Administración Pública española y la Administración Política española, que tanto parece carecer de calidad (adaptada al siglo XXI), y así crear la coherente Administración en la que otros Estados se puedan fijar y se cree un ejemplo a imitar.


        




Bibliografía

BAENA DE ALCÁZAR, MARIANO; “Curso de la ciencia de la Administración” (2000) Madrid. Ed: Tecnos.
BAÑON MARTÍNEZ, RAFAEL/CARRILLO, ERNESTO; “La nueva Administración Pública” (1997) Madrid. Ed: Alianza.
BAZA ROMAN, JUAN/VALVERDE TRAVIESO, JULIO; “La Administración Pública en Canadá, El sector local y el modelo de financiación del mismo. Una comparación con el modelo de financiación en España.”
CANALES ALIENDE, JOSÉ MANUEL; “Lecciones de Administraciones y de Gestión Pública” (2002) Alicante. Ed: Publicaciones de la Universidad de Alicante.
GAMERO CASADO, EDUARDO/ FERNANDEZ RAMOS, SEVERIANO; “Manual Básico de Derecho Administrativo” (2011) Madrid, Ed: Tecnos.
MARTIN MATEO, RAMON; “Manual de Derecho Administrativo” (2009) Ed: Aranzadi.
OLÁS DE LIMA GETA, BLANCA “La nueva gestión Pública” (2001) Ed: Prentice Hall.
SÁNCHEZ INZUNZA, JESÚS ABEL; “El servicio Público canadiense bajo los mandatos de Brian Mulroney y Jean Chrétin” (2006).


[1] SÁNCHEZ INZUNZA, JESÚS ABEL. “El servicio Público canadiense bajo los mandatos de Brian Mulroney y Jean Chrétin” (2006)

No hay comentarios:

Publicar un comentario