La reciente
historia de Alemania, nos ha dejado un duro pasado en el que toda la
civilización occidental vamos a tener que asumir que tenemos algo de culpa, que
somos observadores pasivos e incluso algunos interesados. Todos conocemos las
causas que llevaron a que Hitler subiera al poder como “la espuma,” las
situaciones del empleo alemanas, la fuerza social de presión que se ejercía,
un sentimiento masivo hacia esa creencia colectiva de lo que significaba una
mejora de la calidad social de las vidas de los alemanes, los interés mercantiles
intranacionales y militares…en el que no se produjo una acción social
internacional, de lo que gran parte de la élite de población mundial conocía y
no supo actuar de manera asertiva, ni siquiera los
afectados directamente (alemanes)
que tampoco secundaron ni apoyaron los pequeños movimientos de resistencia u
oposición al III Reich, que se dieron por aquel entonces, (secundados con la
fuerza necesita para combatirlo).
El control del Continente Euroasiático
ha sido durante milenios una obsesión estudiada, llevada a la práctica, hecha y
desecha, pero que siempre ha ido a cuenta de vidas y no ha generado frutos
dignos de ellas. “Aparecen necesidades
maniacas (de Alemania en este caso)
de sobreponerse a los demás, cuyo ímpetu por hacerse con el poder, se trasmite
de generación en generación.” Llegados
al caso más reciente con el III Reich, damos cuenta de hasta el hombre es capaz
de llegar, usando políticas dentro y fuera del Reich en el que se fomentan elementos
que arrasan con la libertad, de toda
persona.
Ahora se lucha por cualquier tipo de unión entre Estados para conseguir esos
objetivos pero dentro de una concordia y una democracia como los ejemplos de la
Unión Europea o las Organización de las Naciones Unidas, entre otras muchas. De
las que las civilizaciones occidentales, de la mano con el resto pueden estar
orgullosas de sumar armónicamente, dónde la ambición por aunar, puede ser
positiva para todos.
Aporto
las cinco partes de la
serie de documentales “¿Por qué
luchamos?” (Why we fight?) de Frank
Capra, episodio 2 "El ataque de los nazis" ("The Nazis
Strike"). Como ejemplos gráficos de lo que aconteció por el nazismo, con
la subida al poder de Adolf Hitler, dónde se explica que todos sabían lo que se
“cocía,” pero finalmente nadie es responsable de nada.
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